sábado, 29 de diciembre de 2007

Imagínate un Beso

Imagínate un beso.
La primera vez que se me apretó el corazón por una muchacha fue mucho antes de Chavela, mi primer amor. Estaba jugando a los carritos con Carlitos en el balcón de mi casa cuando Merceditas, su prima, salió corriendo de su casa y se metió en la guagua estacionada frente a su casa. "¿Y para dónde se fue Merceditas?" Le pregunté a Carlitos, quien no me supo contestar excepto para decirme "déjame ir a ver." Momentos más tarde regresó.

Carlitos me sugirió que fuera a la guagua a ver lo que encontraba, mientras me miraba con una carita picarezca con tinte de diablo cojuelos. Yo abandoné la seguridad del balcón de mi casa y me adentré en territorio desconocido...(más aquí)

Imagínate Una Canción


Probablemente una de las composiciones más hermosas jamás escrita.



Imagínate una Metáfora

Imagínate una metáfora. La vida suele ser el reflejo de las imágenes que nos creamos, las símiles a nuestras realidades: "me siento como un cangrejo" (un paso para adelante y dos para atrás); "aquí como cuando usted era pobre" (una manera jocosa de responder a un saludo); "quisiera volar como las águilas" (nunca has visto a un águila volar, pero te imaginas que vuela muy alto, quieres ir así de alto); o, como diría el poeta,

En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo...
Apegada a mis brazos como una enredadera...
Y las hojas caían en el agua de tu alma...
Quedé atrapado en la enredadera de tu amor...
(Pablo Neruda en "Te Recuerdo Como Eras")

"En unguento de tus labios es mi cura", o "Como luna en la noche que se entrega toda" (Juan Luis Guerra, en "Que me des tu cariño" aquí)

Cuando ves al mundo, ¿qué ves? Cuando te ves a ti mismo, ¿qué ves?
Es importante imaginarte como deseas que tu mundo sea. Crea las metáforas que se apegan a tu espíritu y, las mejores, tráelas contigo donde más se necesitan.

Imagínate un Dolor

Imagínate un dolor. Desgarrante. Inevitable. Imborrable. Imperecedero. El dolor que desea poder retroceder el tiempo, cambiar las coordenadas, alterar los movimientos, retomar los pasos y evitar con las fuerzas más poderosas del ser que la tragedia no hubiese ocurrido. A todo dolor le corresponde su frase "si tan sólo hubiera," pero el dolor es así, es humano, es natural, es inexorable. Cuando el dolor florece se crea una tragedia, pero también nos recordamos de nuestra humanidad, de su fragilidad, de su constante búsqueda de paz y de todo lo que sí podemos hacer para evitar el dolor, lo que llamamos "solidaridad." El dolor no lo podemos evitar, lo que sí podemos evitar es la apatía deshumanizante. Compartamos en el dolor, condenemos la apatía, promovamos la solidaridad.

Imagínate el Corazón de un Niño

Imagínate el corazón de un niño, siempre abierto, siempre latiendo, siempre esperando. Te acercas a él con la sonrisa, lo primero que el niño ve es tu rostro, tu sinceridad, tu nobleza, tu compasión. Ese corazón es inmenso en su capacidad de descubrir el bien y el mal. Conoce a los que aman y conoce a quienes impiden que el amor florezca. Si extiendes tu mano amiga, amable y solidaria, ese corazón se tu sube en los brazos. Si eres capaz de compartir solidaria y respetuosamente, ese corazón te abraza con unas garras que jamás podrás olvidar. Así es el corazón de un niño, simple y sencillo, sólido y capaz. Descubres tu propia humanidad cuando te acercas a ese corazón, a esa mirada, a esos brazos, a ese amor.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Imagínate La Paz

Imagínate La Paz. No cualquier paz sino LA Paz. Siéntate a su lado. ¿Cómo sería? Piénsalo un momento. ¿A qué huele? ¿A qué sabe? ¿Qué colores tiene? ¿Quiénes están en la escena? ¿A quiénes has dejado fuera? ¿Cómo se llega a ella? Y una vez lograda, ¿qué tienes, qué posees, qué ofreces? En este asunto de la paz, la paz imaginada, tú decides su entorno, sus confines, sus aperturas, sus cerrojos y sus logros. La paz comienza contigo y será tan grande como lo seas tú. Haz la paz. Encuentra LA Paz. Si no puedes imaginártela, ¿la podrás lograr? Aquí en Las Terrenas la necesitamos. Tráela contigo. Imagínatela. LA esperamos.

Imagínate un Esfuerzo

Imagínate un esfuerzo, el único que se te presenta con verdades encontradas, desafíos holgazanes y posibilidades al granel. Nadie te ha forzado, lo has puesto delante tú mismo/a y al cumplirse serás tú quien disfrutes de lo inesperado. Por ejemplo, decides hacer de tu entorno el mejor posible, para ti, para todos los seres vivientes y para el orden creado. ¿Te imaginas? Haz de tu esfuerzo algo contagioso, para que todos construyamos lo que deseamos ver en nuestro entorno. Imagínate el esfuerzo, hacer de ti el cambio que deseas ver en el mundo--"Sé tú el cambio que deseas ver en el mundo", Mohandas Gandhi.


Imagínate Un Gran Día (video)

Imagínate una Cosquillita

Imagínate una cosquillita. Es una actitud mental, es levantarse en la mañana, extender los brazos, abrir la boca, exclamar y declarar que "hoy será un buen día," como lo cantara Serrat. La cosquillita se te mete entre las orejas, camino por el sendero estrecho de tu nariz y acaba por hacerte estornudar. "Fiesta y mañana gallos!!!" es lo único que llegas a decir. Abandonas tus sábanas y caminas desnudo a la ventana y allí, ante ti, está la alborada, el esplendor pleno de un día azul y dorado, mojado y seco, arenoso y enlodado y, de buenas a primero, sales a encontrarte con el día (desnudo o vestido!). Así son los días aquí. Imagínate la cosquillita de la arena, del rocío, de las rocas, del agua y, finalmente, la del beso que le acabas de dar a la vida.


Imagínate un Sueño

Vincent van Gogh, "Noche Estrellada."

martes, 18 de diciembre de 2007

Imagínate un Pueblo

Imagínate un pueblo. Don Pedro dijo que "hay un pais en el mundo" y sin comparaciones detalló lo que tenemos aquí, en Las Terrenas. Imagínalo: sol y agua, suspendidos en el agreste trayecto del sol en el universo; la imperfecta mezcla de sorpresas y tragedias; la fórmula de gentes capturadas entre las coordenadas de sueños y pesadillas. ¿Para qué estamos aquí? Para hacerlo mejor. En cuanto a lo que dijo Don Pedro, búscalo aquí.

Imagínate una Vida

Imagínate una vida suspendida en el ciclo de vida del universo. Le añades agua, arena, sol, mar, árboles y la fórmula exuberante de sueños y realidades. Extiendes tu mano para encontrarla, la agarras como si de ello dependiera caer al abismo o lanzarte al eterno espacio sideral. ¿Por qué no quedarte aquí mismo? Ahi está la mesa de la vida, siéntate en ella, quítate los zapatos, siente la arena, respira el mar, captura la fuerza del sol sobre tu piel y, luego, escribe un poema. Lo que es la vida...

Imagínate un Lugar

Imagínate un lugar entre muchos otros, el considerable esfuerzo de vivir entre cuatro realidades invisibles: sol y luna, viento y agua. Verde por doquier, parece ser el regalo de un universo que no se cansa de parir clorofila. Cada paso que das te ofrenda un nuevo encuentro, moléculas de emociones imprevistas aunque deseadas, como el toque deseado de un beso prohibido, robado a la historia que sólo dos conocen y nadie más.

Imagínate una Flor

Imagínate la flor que hizo parar tus pasos, acercar tu cara, mover tu nariz y sentir su perfume. Es una flor...cualquiera, como cualquiera eres tú. Ella, abrigando milenios de hermosuras y tú, apenas unos años de premura. La encontraste como se encuentra lo que no se busca, el ánima del universo posando sobre tu alma incansables y fuertes emociones. Está en el color, está en el perfume, está en el diseño y, finalmente, está en ti también.

Imagínate un Poema

A tí (Criolla)
Arturo Pellerano Castro (dominicano, 1853-1916)

Yo quisiera, mi vida, ser burro,
ser burro de carga,
y llevarte, en mi lomo, a la fuente,
en busca del agua,
con que riega tu madre el conuco,
con que tú, mi trigueña, te bañas.
Yo quisiera, mi vida, ser burro,
ser burro de carga,
y llevar al mercado tus frutos,
y traer, para tí, dentro del árgana,
el vestido que ciña tu cuerpo,
el pañuelo que cubra tu espalda,
el rosario de cuentas de vidrio
con Cristo de plata,
que cual rojo collar de cerezas
rodee tu garganta...
Yo quisiera, mi vida, ser burro,
ser burro de carga...
Desde el día que en el cierro del monte,
cogida la falda el arroyo al cruzar, me dijiste
sonriendo: ¿me pasas?...
y tus brazos ciñeron mi cuello,
y al pasarte sentí muchas ganas,
de que fuera muy ancho el arroyo,
de que fueran muy hondas sus aguas...
desde el día que te cuento, trigueña,
¡yo quisiera ser burro de carga!...
Y llevarte en mi lomo a la fuente,
y contigo cruzar la cañada,
y sentirme arrear por ti misma,
cuando, a vuelta del pueblo, te traiga,
el vestido que ciña tu cuerpo,
el pañuelo que cubra tu espalda,
el rosario de cuentas de vidrio
con Cristo de plata,
que cual rojo collar de cerezas
rodee tu garganta...
¡Yo quisiera, mi vida, ser burro,
ser burro de carga!

Imagínate un Deseo

Imagínate el deseo inmenso, la pasión extrema, la locura intensa de vivir. Tienes salud, comes bien, balanceas las demandas de tu vida y vives rodeada de un lugar que hace de tu vida la mejor ofrenda que te puedes dar a ti mismo. La vida es un juego serio, o una seriedad juguetona en la que participas con todos tus ánimos y esfuerzos. La lucha no es el comienzo ni el final, sino el proceso y al final de cada lucha están los recuerdos. Tu deseo hoy es el recuerdo en el mañana. En Las Terrenas se conjugan muchos deseos. Correr, por ejemplo.

Imagínate un Desafío

Imagínate un desafío creado por tí misma. La meta te espera, tus hormonas hierven con el sentir de tus latidos, de tus músculos en tensión, del logro inesperado y anhelado, de saber que adelante--en sólo unos momentos--dirás "lo hice, lo logré, triunfé." Y aunque no fuera así, aunque no fuiste la primera, llegaste, lo lograste, triunfaste ante el desafío que tú misma te impusiste.

Imagínate un Abrazo

Imagínate un abrazo, el contacto sublime de piel y alma, los sentidos plenamente entregados al momento solícito y deseado. Allí estás tú y quien tú quieres que esté contigo. Estás en la playa, en un balcón, sobre la montaña, en un bote, en el espacio sideral de tus deseos y tus emociones. Estás en Las Terrenas, imaginándote miles de otros abrazos, porque todo lo que te rodea te incita a ese encuentro de seres que de ninguna otra manera podrían no estar así.

Imagínate un Destino

Imagínate un destino del que nada ni nadie te puede separar. Miras a la izquierda y miras a la derecha, entre tú y tu destino sólo existen las emociones creándose segundo a segundo. Sientes la brisa en tu frente, la arena debajo de tus pies, el agua y el sol alrededor tuyo. Te sientes rodeado de la alegre inmensidad de tu destino, sin tapujos ni reservas te entregas al mismo y en el proceso de entrega descubres tantas cosas esperadas y tantas inusitadas. Avanza, tu destino te espera.

Imagínate un Sentimiento



Imagínate un sentimiento de libertad, de placer, de confianza, de tranquilidad, de gozo, de ensueños y de magia. El sentimiento lo crea el espacio de lo posible: poder jugar, poder soñar, poder disfrutar de aire, sol, mar, arena y, claro está, la compañía de amigos y familiares. Un sentimiento inigualable. Un sentimiento deseado y un sentimiento posible. Aquí, en Las Terrenas.

Imagínate un sendero

Imagínate un sendero conectando puntos imposibles de definir: la expansión del cielo con la firmeza de la tierra; lo recorrido en nuestras espaldas con las aventuras del por delante; lo ya probado con la aún por comprobar. En el horizonte, un inacabable final donde sólo la imaginación limita sus posibilidades. Las Terrenas está llena de senderos reales e imaginables por donde todos podremos transitar.